martes, 4 de marzo de 2014

El encuentro con el Otro. Posición humanista de Ryzard Kapuscinski.



 Omar Romo.


Ciudad Guzmán, Jalisco.- Hoy, 04 de marzo se cumplen 82 años del nacimiento del ícono del periodismo, Ryzard Kapuscinki de nacionalidad polaca que murió hace apenas 7 años. Su obra aún sigue vigente.

Corresponsal extranjero, periodista de guerra que cubrió distintas revoluciones en Asia, África y América, historiador, pero también gran humanista y prueba de ello se encuentra en la recopilación de varias de sus conferencias en el libro “Encuentro con el Otro”.

El Otro, así, con mayúscula pues es una persona, es cultura, es un nombre propio según nuestro autor. Este Otro es el vecino, el prójimo, que se convierte en un igual al nosotros pero diferente tan sólo en costumbres y tradiciones.

El encuentro es inminente, estamos hechos para eso, pero la decisión de cómo será ese encuentro dependerá de nosotros y el polaco define tres opciones:

De manera que al hombre siempre se le abrían tres posibilidades ante el encuentro con el Otro: podía elegir la guerra, aislarse tras una muralla o entablar un diálogo. (Kapuscinski, 2005).

Estas tres opciones se vienen aplicando desde la antigüedad, donde el encuentro que se daba al tratar de conquistar o evangelizar al Otro con base en la violencia, cuando el antiguo imperio Chino se separó del resto del mundo construyendo una gran muralla pero también se ha dado entablando un diálogo.

Esa es la esencia que quiere rescatar nuestro autor, el diálogo, que se ve como última opción puesto que es el camino más difícil, pues la confianza no es realmente algo sencillo de conseguir en el Otro desconocido.

El ser humano necesita a otro ser humano, lo busca, sabe que no puede vivir sin Otros, pero, al mismo tiempo, en el momento del primer contacto reaccionará con desconfianza, inseguridad y miedo. (Kapuscinski, 2004).

La empatía, es decir, ponerse en los zapatos del Otro funcionará para comenzar esta relación, la necesidad de conocimiento será también un factor importante en las relaciones, cuando se busque esto y no un interés vano, los problemas seguramente cesarán.

No existen culturas superiores e inferiores; sólo hay culturas diferentes que, cada una a su manera, satisfacen las necesidades y las expectativas de sus partícipes. (Kapuscinski, 2005).

Aprender de las diferencias del Otro y sobretodo comprenderlas también es esencial, esto se puede dar en todas partes, incluso aquí en Ciudad Guzmán, donde la intolerancia y la indiferencia han causado que el encuentro con el Otro no sea idóneo y, con esto, se produzcan la mayor parte de los problemas sociales que vivimos a diario.

*Foto: The Guardian.

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